domingo, 2 de septiembre de 2018

Lenin al frente de la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera de Petersburgo. De la Unión de Lucha hacia la formación del POSDR — A. F. Kostin

Grupo de dirigentes de la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Trabajadora de Petersburgo, 1895.

De pie: A. L. Malchenko, P. K. Zaporozhets, A. A. Vaneev.
Sentados: V. V. Starkov, G. M. Krzhizhanovskiy, V. I. Ulyanov-Lenin, Yu. O. Martov (Tsederbaum)

(Fotografía de 1897)

FORMACION DE LA UNION DE LUCHA COMO EMBRION DEL PARTIDO PROLETARIO

La historia de la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera de Petersburgo se remonta al momento del ingreso de Lenin en el grupo socialdemócrata de los “viejos”, resucitado después de la disolución de los brusnevianos por la policía. En los primeros momentos el grupo de Lenin se veía obligado a limitar aparentemente su actividad a los estrechos marcos del círculo, igual que antes. Así lo exigían no sólo los intereses de la conspiración del grupo, sino también los de la consolidación ideológica de sus miembros. El “período del círculo” duró no más de un año. Sin embargo, Lenin pudo estudiar bien a cada participante del grupo, conocer sus lados fuertes y débiles. En el trabajo de los socialdemócratas se hizo hincapié en la conjugación de la propaganda y la agitación en los círculos obreros que actuaban en distintos distritos de la ciudad.

Como se ha señalado ya más arriba, la propaganda marxista entre los obreros de la capital adquirió una envergadura relativamente amplia. Baste decir que en 1895 allí había hasta 30 círculos obreros [1]. Las clases estaban a cargo de la intelectualidad socialdemócrata y de los obreros avanzados. Como resultado de ello, la teoría del marxismo adquiría un vínculo cada vez más estrecho con la práctica, con las cuestiones apremiantes del movimiento proletario.


La intensificación de la influencia socialdemócrata sobre los obreros de Petersburgo se manifestaba en las formas más diversas; mayor número de participantes en los círculos obreros y reuniones, el deseo de los obreros de adquirir conocimientos políticos, la activación de la lucha huelguística. Todo ello preparaba la transición del grupo de Lenin a una nueva fase de lucha, a una fase más activa.

Por primera vez, la cuestión de la nueva táctica fue planteada por Lenin en otoño de 1894. Con esta finalidad, por propuesta de Lenin se redacta un Cuestionario especial, en el que se recomienda averiguar las condiciones de vida y de trabajo de los obreros en las fábricas, interesarse por su estado de ánimo, por sus reivindicaciones y sus vínculos con el campo [2]. La difusión del Cuestionario entre los obreros de Petersburgo sirvió de punto de partida para la agitación de masas.

El plan de Lenin de pasar de la propaganda limitada en los círculos a la agitación de masas provocó serias divergencias entre los socialdemócratas. Los partidarios de los viejos métodos de trabajo consideraban que la nueva táctica era una “política mezquina”, indigna de los revolucionarios, y exponían sus temores de que la práctica de una amplia agitación permitiría a la ojranka zarista detener a los participantes más activos de los círculos socialdemócratas. Pero estas objeciones no encontraron apoyo por parte de la mayoría del grupo de Lenin.

A fines de otoño de 1894 se celebró bajo la dirección de Lenin una reunión especial del grupo de los “viejos”, en la que se discutió la cuestión de pasar inmediatamente a la agitación de masas. En el apartamento de Silvin y Vanéev se reunieron casi todos los miembros del grupo. Además, estuvieron presentes los representantes de los círculos obreros: Bábushkin, Shelgunov, Merkúlov, Zinóviev, etc. La reunión fue encrespada, pero bien organizada. He aquí como la describe Silvin:

“Cierta tensión nerviosa, una emoción inusitada, una expectativa temerosa de algo nuevo, desconocido, se apoderaba de nosotros, y esto se comprendía perfectamente porque nos disponíamos a dar un nuevo paso importante, de gran responsabilidad en nuestro trabajo. Vladímir Ilich se preocupó de que a esta reunión asistieran más obreros. Todos ellos apoyaron enérgicamente la nueva idea, y Vladímir Ilich señaló con especial satisfacción que precisamente los propagandistas obreros se daban cuenta de la necesidad de pasar a los nuevos métodos de trabajo.
Vladímir Ilich expuso la cuestión, se dio lectura a algunos extractos del folleto Acerca de la agitación [3], se escucharon una vez más las objeciones de los “viejos” y los argumentos en defensa del nuevo método y, por mayoría de votos contra Krasin y Rádchenko, se tomó la decisión de pasar de la propaganda en círculos, sin suspenderla, a la agitación entre las masas sobre la base de sus reivindicaciones perentorias.” [4]
M. A. Silvin afirma también que ni en esta reunión ni en otras no se trataba en absoluto de abandonar las tareas políticas del movimiento obrero. Se suponía que el aspecto político del movimiento encontraría su expresión tanto en la propaganda en círculos como en la agitación de masas [5].

Entre tanto, la historiografía burguesa propaga insistentemente la manoseada idea de Akímov, adepto de Rabóchee Delo, sobre la influencia “preponderante” del “economismo” en el movimiento socialdemócrata ruso de mediados de los años 90. En el mencionado libro de A. Wildman se sostiene gratuitamente que el folleto Acerca de la agitación ha sido aceptado incondicionalmente por los “viejos” petersburguenses y ha sido aplicado por ellos [6].

Pero esto no es cierto. La nueva táctica propuesta por Lenin se caracterizaba desde el comienzo mismo por el estrecho vínculo entre las reivindicaciones económicas y las políticas. La unilateral “desviación económica” del folleto de Vilno Acerca de la agitación era condenada. Los nuevos métodos de trabajo de los socialdemócratas se basaban en la idea de la unión del socialismo con el movimiento obrero, idea expuesta en los trabajos y actuaciones de Lenin en aquel período. La precisión y coherencia en la puesta en práctica de esta idea contribuyeron a la aproximación de los socialdemócratas a la masa de obreros.

El invierno de 1894-95 fue un período de comprobación de la nueva táctica. Lenin subordinó a la realización de esta táctica toda la actividad del grupo central y de cada uno de sus miembros. “Lenin —escribía N. Krúpskaya— movilizó todo su grupo para recoger los materiales necesarios y cuando a base de estos materiales empezaron a publicarse octavillas, Lenin enseñó cómo divulgarlas y recoger comentarios de las amplias capas de obreros.” [7]

Por primera vez la nueva táctica fue aplicada por el grupo de Lenin en la fábrica de Semiánikov. El 23 de diciembre de 1894 allí se produjeron agitaciones entre los obreros provocadas por una nueva demora en el pago del salario. Los obreros allanaron la oficina de la fábrica y trataron de prender fuego al apartamento del gerente. Para sofocar la rebelión fueron llamados los cosacos. La primera octavilla escrita por Lenin con participación de Bábushkin a propósito de este acontecimiento fue discutida en los círculos obreros de la fábrica. Después de ésta circuló entre los obreros de esta fábrica otra octavilla impresa en multicopista. En ella se explicaban los defectos que tenían las acciones espontáneas de los obreros, se hablaba de la necesidad de introducir en ellas el elemento de la conciencia y la organización.


“Tomemos aunque no sea más que nuestro caso —se señalaba en la hoja—. Aquí se podía decir de antemano que el allanamiento de las dependencias patronales conduciría sólo a una rápida intervención de la policía, luego se taparía la boca a los obreros y la cosa terminaría tal como terminó. Porque todos saben que los fabricantes, la policía y todo el poder estatal están coligados y todos actúan contra nosotros.” [8]

Esta era la primera golondrina socialdemócrata entre los obreros en huelga de Petersburgo, pero también ella hacía primavera. Desde aquel entonces, a medida que se desarrollaba el movimiento huelguístico, las octavillas del grupo de Lenin acompañaban invariablemente casi todas las acciones de los obreros. Siempre que en una fábrica de la capital surgían agitaciones y huelgas, los socialdemócratas acudían en ayuda de los obreros, procuraban encabezar la lucha espontánea y orientarla a un cauce organizado.

El 7 de febrero de 1895 se declararon en huelga los obreros del puerto de Petersburgo, exigiendo la reducción de la jornada y la elevación del salario. Los participantes del grupo central de Lenin (era ya de hecho la Unión de Lucha, aunque jurídicamente no formalizada), bien informados sobre la situación en el puerto, lanzaron la octavilla Qué es lo que deben exigir los obreros portuarios. La octavilla llamaba a los portuarios, siguiendo el ejemplo de los obreros de la fábrica Baltiiski, a reivindicar el derecho de elegir sus representantes para las negociaciones con los patronos, no tolerar la reducción arbitraria de los salarios e insistir en que se pusiera orden en las cuentas con los obreros [9]. Dicha octavilla influyó positivamente en el desenlace de la lucha: la administración, que no esperaba una réplica tan aunada por parte de los obreros, se vio obligada a hacer concesiones.

Las octavillas de la Unión de Lucha que se estaba formando eran el medio más seguro y eficaz para vincular al grupo socialdemócrata ilegal con el movimiento obrero de masas. Proporcionaban no pocas amarguras a los torpes “celadores del orden”, pero para los obreros eran una fuente de alegría. La difusión de las octavillas infundía seguridad en las filas de los proletarios en huelga, los animaba a luchar por sus derechos. Muchos obreros de vanguardia, según Silvin, se pronunciaban públicamente por la agitación de masas y “la sostenían en todas partes donde podían: en las fábricas, tabernas, en plena calle, en los apartamentos de los obreros y en los cuarteles fabriles
[10].

El grupo de Lenin centraba ahora la atención en la intensificación de la dirección del movimiento obrero, en la ampliación de la esfera de influencia sobre el proletariado. Era necesario cohesionar a los socialdemócratas de Petersburgo y de otras grandes ciudades de Rusia a base de una táctica única, convertirlos en auténticos guías de las masas obreras. A este respecto, desempeñó un importante papel la reunión celebrada en febrero de 1895, a la que asistieron representantes de las organizaciones socialdemócratas de Petersburgo, Kíev y Vilno. La composición personal de la reunión era la siguiente: V. I. Lenin, G. M. Krzhizhanovski (en representación de Petersburgo), E. I. Sponti (de Moscú), Ya. M. Liajovski (de Kíev), T. M. Kopelzón (de Vilno).

En la reunión Lenin criticó los defectos en la aplicación de la nueva táctica y subrayó la necesidad de incluir en el tema de la agitación, además de las necesidades económicas cotidianas de los obreros, exigencias políticas. Lenin se opuso tajantemente a la posición de Sponti, que proponía limitar la esfera de agitación a las cuestiones económicas. Estas divergencias evidenciaban que ya entonces en la socialdemocracia rusa nacían dos orientaciones diametralmente opuestas: la revolucionaria y la oportunista [11].

Después de la reunión de febrero las desavenencias entre los socialdemócratas de Petersburgo se manifestaron cada vez más a menudo y con más nitidez. En una de las reuniones del círculo obrero Lenin entabló la discusión con K. M. Tajtariov que promovía la idea de cajas obreras “auxiliares” con el objeto de unir a los obreros por profesiones, insistiendo en la organización de una caja socialdemócrata común que uniera a todos los obreros. Otro tema de la discusión era si admitir o no a los representantes de los obreros en el grupo central. Lenin propugnaba la idea de que los obreros podían y debían formar parte del centro con iguales derechos que los demás socialdemócratas como representantes de los distritos [12].

K. M. Tajtariov y el círculo de estudiantes de medicina representado por él se encontraban fuera de la esfera de influencia del grupo de Lenin. Más o menos lo mismo ocurría con el círculo del estudiante de tecnología I. V. Chernishev. Este círculo, en oposición al grupo de los “viejos” leninistas, se denominaba grupo de “jóvenes”. Los adeptos de Tajtariov y los “jóvenes”, que despreciaban la teoría y la experiencia del movimiento revolucionario, ocupaban posiciones derechistas. En la actividad de los “jóvenes” apuntaban visiblemente tendencias oportunistas, tradeunionistas.

El nacimiento de la orientación oportunista (“economista”) en la socialdemocracia rusa no era casual. Expresaba los puntos de vista pequeñoburgueses en cuanto a los objetivos y las tareas del proletariado en la vida de la sociedad. “Esta corriente —escribía Lenin— se perfilaba ya en 1894—1895, en las discusiones entre los dirigentes locales del movimiento obrero.” [13]

Sin embargo, hacia mediados de los años 90 el oportunismo en la socialdemocracia rusa aún no representaba un gran peligro. Se hallaba en estado embrionario y no podía ejercer una influencia sustancial sobre la situación general. Todo el movimiento socialdemócrata en conjunto no estaba aún en aquel entonces desunido y se desarrollaba siguiendo la línea ascendente.

Este período abría un amplio margen para el desenvolvimiento de la actividad socialdemócrata. Lenin y sus partidarios impugnaban cada vez más activamente los viejos métodos, los métodos de actuación en círculos, sustituyéndolos cada día más por una forma más perfecta de organización. La cuestión de fortalecer la Unión fue planteada en la reunión de los miembros del grupo de Lenin que se celebró el 2 de abril de 1895 en Tsárskoe Seló, en el apartamento de Silvin. Además de los miembros del grupo, asistieron a la reunión representantes de los círculos obreros. En el informe de Lenin, según lo recordaban los participantes en la reunión, se expuso el estado general de cosas, se definieron las bases concretas de la organización socialdemócrata y se trazó el plan de su actividad sucesiva. Se prestó atención especial a la división de funciones en el trabajo interno del partido y al mantenimiento de la conspiración. “Vladímir Ilich —escribe Silvin— insistió especialmente en la observancia de las reglas elementales de conspiración, en la disminución de las visitas de amistad, en el cese de la correspondencia innecesaria con los amigos para evitar indiscreciones involuntarias e informaciones innecesarias de distinto tipo.” [14]

Lenin se daba perfecta cuenta de que sin una rigurosa conspiración sería imposible la existencia de una eficaz organización socialdemócrata en Rusia. Por eso consideraba que la observancia de las reglas conspirativas era el deber primordial de cada miembro del movimiento. La reunión de abril, a juzgar por las memorias de sus participantes, elevó el nivel de organización en la actividad del grupo de los “viejos”, reforzó la disciplina y la responsabilidad de cada uno por la causa común.

Un gran acontecimiento en la historia de la formación de la Unión de Lucha fue el viaje de Lenin al extranjero, emprendido en la primavera de 1895, con el objeto de establecer un vínculo más estrecho de los socialdemócratas de Petersburgo con el grupo de Plejáno Emancipación del Trabajo y estudiar directamente la experiencia del movimiento obrero en Occidente.

Claro está, este paso no podía quedar al margen del conocimiento de la ojranka. El 6 de julio, el Departamento de Policía advertía al jefe de los agentes en el extranjero: “. . .El mencionado Uliánov se dedica a la propaganda socialdemócrata entre los círculos obreros de Petersburgo y el objetivo de su viaje al extranjero consiste en buscar los métodos para introducir las publicaciones revolucionarias en el Imperio y organizar las relaciones de los círculos revolucionarios obreros con los emigrados extranjeros”. El Departamento de Policía proponía más adelante “establecer una observación rigurosa de la actividad y de las relaciones extranjeras de Vladímir Uliánov” [15].

Sin embargo, la ojranka zarista no logró realizar su plan. Vladímir Ilich estuvo en el extranjero más de cuatro meses (desde el 25 de abril (7 de mayo) hasta el 7 (19) de septiembre) y cumplió plenamente el programa proyectado.

En Suiza, Lenin se entrevistó con los dirigentes del grupo Emancipación del Trabajo. Desde el primer momento de conocer a Plejánov y Axelrod, Lenin pudo ganarse su plena disposición y asegurarse el apoyo necesario. Después de las conversaciones con Lenin, Plejánov escribía que no había tenido aún ocasión de conocer a representantes tan insignes de la juventud revolucionaria rusa como Vladímir Uliánov. La carta de Plejánov en la que caracterizaba al joven Lenin no se conservó, pero su contenido llegó a nosotros a través de las memorias de los contemporáneos. “G. V. Plejánov escribía, refiriéndose a Lenin, —recuerda Krzhizhanovski— que en el período de su estancia en el extranjero a lo largo de muchos años lo visitaron un gran número de personas procedentes de Rusia, pero que quizás en nadie cifraba tantas esperanzas como en el joven Uliánov. Por lo que yo recuerdo, él señalaba en esta carta tanto la asombrosa erudición de Vladímir Ilich como la integridad de su concepción revolucionaria y la enegría desbordante .” [16]

Una impresión igualmente emocionante de las conversaciones con Lenin la encontramos también en las memorias de Axelrod. Al comparar vivamente a los dos emisarios de los círculos socialdemócratas de Rusia, Sponti y Lenin, Axelrod presenta al joven Uliánov como un dirigente modesto, vastamente instruido y muy enérgico. A diferencia de Sponti, al que Axelrod caracteriza como una persona superficial y engreída, Lenin produjo la impresión de un marxista muy preparado y plenamente formado. En las conversaciones con Axelrod Vladímir Ilich procuraba averiguar la actitud del grupo Emancipación del Trabajo ante los problemas esenciales del movimiento obrero y socialdemócrata. Lo que más detalladamente se discutía eran las cuestiones de la táctica. “. . .Estas conversaciones con Uliánov eran para mí una verdadera fiesta” [17] —decía Axelrod más tarde.

Pero ya durante el primer contacto entre Lenin, por una parte, y los dirigentes del grupo Emancipación del Trabajo, por otra, surgieron serias divergencias. La manzana de la discordia era la actitud de la socialdemocracia revolucionaria hacia los liberales. Plejánov y Axelrod consideraban que la crítica de Lenin al reformismo burgués en los trabajos de Struve era excesiva e inoportuna. Axelrod resumía la esencia de sus objeciones en las siguientes palabras: “Usted tiene —declaraba Axelrod a Lenin— una visible tendencia diametralmente opuesta a la del artículo que yo escribí para la misma recopilación. Usted identifica nuestra actitud hacia los liberales con la actitud de los socialistas hacia los liberales en Occidente. Yo preparé precisamente para la recopilación el artículo titulado “Inquietudes de la vida rusa” en el que quería mostrar que en el presente momento histórico los intereses inmediatos del proletariado en Rusia coinciden con los intereses fundamentales de los otros elementos progresistas de la sociedad. . .”

Uliánov, sonriéndose, objetó en respuesta:

— Sabe Usted que Plejánov hizo a propósito de mis trabajos las mismas observaciones. El expresó su idea figuradamente así: “Ustedes, dice él, vuelven la espalda a los liberales, mientras que nosotros volvemos la cara” [18].

La posición de los dirigentes del grupo Emancipación del Trabajo hacia los liberales no era casual. Se desprendía de su errónea concepción teórica, según la cual a la burguesía liberal rusa se le asignaba el papel de dirigente y aliado de la clase obrera en la próxima revolución. Esta concepción, reformista por su esencia, presidía toda la actividad política de Plejánov y sus partidarios.

Una semana antes de volver a Rusia, el 1 (13) de septiembre de 1895, Lenin visitó de nuevo a Plejánov. La historia nos habla muy escuetamente del contenido de esta conversación de despedida entre Lenin y Plejánov al igual como de las anteriores entrevistas. Sólo por un documento que obra en nuestro poder es posible establecer exactamente que, entre otros asuntos, los interlocutores se refirieron a la cuestión de la visita de Lenin al veterano del movimiento obrero alemán W. Liebknecht. Plejánov aceptó gustoso organizar esta cita y entregó a Vladímir Ilich una carta de recomendación a W. Liebknecht que decía: 

“Querido amigo:

Le recomiendo a Usted a uno de nuestros mejores amigos. El vuelve a Rusia, por eso es necesario que nadie conozca su visita de Charlottenburg. El le hablará a Usted de una cosa muy importante para nosotros. Estoy seguro de que Usted hará todo lo que de Usted dependa. El le comunicará también las novedades que hay en lo que se refiere a nosotros. Le saludo a Usted y a la señora Liebknecht.


Fiel a Usted, 

G. Plejánov.” [19]
Los contemporáneos testimonian que la entrevista de Lenin con Wilhelm Liebknecht se realizó. Se sabe también a través de las memorias sobre la conversación que sostuvo Vladímir Ilich con Paul Lafargue. Lenin dedicó mucha atención al estudio de la experiencia del trabajo de la socialdemocracia eurooccidental, sobre todo de la alemana; fue un visitante asiduo de la biblioteca pública de Berlín, que disponía de considerables fondos de literatura marxista.

La estancia de Lenin en Berlín coincidió con la discusión que se desplegó en la prensa socialdemócrata alemana sobre la cuestión agrario-campesina. La lucha se sostenía entre representantes de derecha y de izquierda, que ocupaban posiciones diametralmente opuestas en esta cuestión. Mientras que los derechistas (Vollmar y otros) proponían incluir en el programa del partido socialdemócrata las exigencias que reflejaban los intereses de la burguesía rural, los izquierdistas (Stadthagen y otros) consideraban que el programa de los socialdemócratas no debía, en absoluto, tener reivindicaciones agrarias. Esta discusión interesó vivamente a Vladímir Ilich quien aceptó de buena gana la propuesta de W. Buchholz, miembro del PSDA, al que conocía ya en Samara, de tomar parte en la reunión de los socialdemócratas en uno de los suburbios obreros de la ciudad [20]. En el informe presentado a la reunión por el diputado al Reichstag Arthur Stadthagen, se le negaba al partido obrero la necesidad de adoptar un programa agrario especial so pretexto de que en el capitalismo era imposible lograr una mejora de la situación del campesinado. Al criticar justamente los planteamientos oportunistas de sus oponentes de derecha, Stadthagen al mismo tiempo afirmaba erróneamente que toda exigencia de reformas parciales corrompía la conciencia de los trabajadores. Después de la reunión, entre Lenin y Buchholz tuvo lugar un intercambio de opiniones. Buchholz que se atenía al punto de vista del informante sobre la cuestión agraria, preguntó a Lenin si compartía o no esa opinión. La respuesta fue negativa. A Buchholz le sorprendió la declaración de Lenin de que no aceptaba la posición de. Stadthagen [21].

Como se sabe, el programa agrario de los socialistas alemanes y franceses fue agudamente criticado por F. Engels, que se oponía enérgicamente tanto a los partidarios del “nihilismo agrario como a los defensores de la propiedad parcelaria de los pequeños productores. Sin duda alguna, Lenin estaba al tanto de esta crítica de Engels y desde el comienzo mismo la tenía en cuenta a la hora de elaborar los principios programáticos y tácticos del partido obrero marxista en Rusia.

Uno de los resultados principales del viaje de Lenin al extranjero fue el establecimiento de contactos directos con el grupo Emancipación del Trabajo. Gran importancia tenía el entendimiento con Plejánov y Axelrod sobre la edición de la recopilación no periódica Rabótnik (“Trabajador”) dedicada a esclarecer las tareas del movimiento obrero en Rusia. Lenin se incorporó inmediatamente, sin perder ni un solo día, a la preparación de esta edición. En cuanto volvió del extranjero visitó Vilno, Moscú, Oréjovo-Zúevo, donde recogió materiales y estableció vínculos de correspondencia. En Petersburgo Lenin incorporó como colaboradores en la recopilación a Krzhizhanovski, Silvin y Vanéev. El propio Vladímir Ilich se hizo corresponsal activo de Rabótnik.


Los esfuerzos de Lenin por preparar la edición de Rabótnik se vieron coronados por el éxito. A comienzos de noviembre de 1895 Lenin comunicó a Axelrod que la idea de la recopilación había obtenido apoyo por parte de muchos socialdemócratas rusos. En la carta siguiente Vladímir Ilich enumeró una serie de artículos y correspondencias impresos más tarde y aprovechados parcialmente en Rabótnik [22].

Al regresar del extranjero Lenin volvió a llamar la atención especial de los participantes de la Unión de Lucha sobre la observancia de la rigurosa conspiración, lo que permitió demorar por un tiempo el peligro de detenciones que se cernía y desplegar una enérgica actividad. Ya en septiembre los miembros de la Unión de Lucha leninista organizaron una gran concentración obrera en el bosque de Udelni cerca de Petersburgo. La nota especial del fiscal de la Cámara Judicial de Petersburgo, que exigía que se buscara a los iniciadores, era una prueba de la extraordinaria importancia de la reunión en el bosque de Udelni. Esta reunión fue efectivamente significativa. Asistieron a ella más de 30 obreros de las fábricas Putílovski, Baltiiski, etc. El obrero Shelgunov presentó un informe sobre la actividad de Engels (con motivo de su muerte). En homenaje a él, uno de los fundadores del comunismo científico, la reunión de los obreros en el bosque de Udelni aprobó la decisión de intensificar la lucha contra los capitalistas y el gobierno [23].

Durante el otoño de 1895 la actividad de los socialdemócratas en Petersburgo se intensificó notablemente. Se tomaron enérgicas y audaces medidas para fortalecer y ampliar la organización del partido, se reforzó la dirección del movimiento huelguístico del proletariado, se desplegaron los preparativos para publicar un órgano impreso, el periódico Rabóchee Delo. Todos estos cambios no podían pasar inadvertidos, naturalmente, por el “ojo avizor” de la ojranka zarista, que hacía constar que “con el regreso de Uliánov se ha animado la actividad del círculo” [24].

En noviembre, bajo la dirección de Lenin, se celebró la reunión constituyente del grupo central de los “viejos”, en la cual la Unión de Lucha de Petersburgo adquirió su forma definitiva [25]. A esta reunión, que tuvo lugar en el apartamento de Rádchenko (Víborgskaya storoná, calle Simbírskaya, 12/4), fueron invitados también representantes del círculo de Mártov. La reunión fusionó al grupo de Mártov con los “viejos” y creó un centro dirigente único: el Buró de Organización, del que formaron parte V. I. Lenin, G. M.Krzhizhanovski, V. V. Starkov, A. A. Vanéev y Yu. O. Mártov (Tsederbaum). Además de los miembros del Buró, formaban el núcleo de la Unión (grupo dirigente central) otras doce personas: S. I. Rádchenko, M. A. Silvin, P. K. Zaporózhets, N. K. Krúpskaya, A. L. Málchenko. Z. P. Névzorova, S. P. Nevzórova, Ya. P. Ponomariov, A. A. Yakúbova, Ya. M. Liajóvski, S. A. Gofman y V. M. Treniujin.

Por lo tanto, hacia finales de 1895 culminó la formación de la Unión de Lucha: en noviembre fueron formados sus organismos oficiales; en diciembre se le dio el nombre a la organizacion [26]. Lenin definió en las siguientes palabras el estado del trabajo de los socialdemócratas petersburgueses en aquel periodo: “El primer comienzo de la agitación de masas. . . Los socialdemócratas se abren el camino entre los adeptos de Naródnaya Volia y de Naródnoe Pravo, etc. Unas 10—15 personas (Comité). 20—30 de los círculos obreros. Unos 100, máximo 150 contactos” [27].

La Unión de Lucha de Petersburgo no disponía de un programa oficialmente aprobado, pero todos sus miembros compartían plenamente las ideas teóricas y políticas del marxismo, que habían adquirido su fundamentación y desarrollo en los trabajos de Lenin. En su inmensa mayoría, los participantes del grupo de Lenin eran personas altamente instruidas; comprendían bien la teoría del marxismo y habían dedicado toda su vida al servicio de la revolución, a la lucha por la victoria de la clase obrera. “Los miembros del grupo —escribía Krúpskaya— estaban unidos por la solidaridad ideológica total. El grupo cristalizó definitivamente sus puntos de vista en la lucha contra los populistas. Antes de formar un grupo activo, sus miembros pasaron por una escuela marxista bastante enjundiosa. Cierto que la mayoría leyó sólo el primer tomo de El Capital, El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado de Engels —esta última obra la leyeron en manuscrito—, pero sí que sabían de memoria el primer tomo de El Capital. . . De mano en mano pasaban los escuetos cuadernos mimeografiados de Los “amigos del pueblo”. . . escritos por Lenin, que criticaban a Mijailovski, a V. V., y a Krivenko.” [28] La existencia de un núcleo cohesionado de dirigentes permitió a Lenin crear una combativa organización revolucionaria de socialdémócratas de Petersburgo, apoyada en el movimiento obrero. La Unión de Lucha leninista conjugaba inteligentemente las formas legales e ilegales de trabajo, se estructuraba de acuerdo a los principios del centralismo. Al centro dirigente de la Unión estaban subordinados los grupos distritales; a éstos, a su vez, se subordinaban los círculos obreros. En todos los eslabones de la organización se estableció la obligación de rendir cuentas de su actividad. En la medida en que lo permitían las condiciones de la clandestinidad socialdemócrata en Petersburgo se celebraban reuniones de representantes de los círculos obreros en los distritos de la ciudad.

La ciudad de Petersburgo fue dividida en tres distritos: Zaréchni, Névski y Narvsko-Moskovski. Las fuerzas de la Unión fueron distribuidas por distritos de la siguiente manera: en el primer distrito, del que formaban parte Vasílievski óstrov, Peterbúrgskaya storoná y Víborgskaya storoná, los organizadores responsables eran Vanéev, Silvin, Nevzórova y Yakúbova; del segundo distrito (Shlisselbúrgski trakt y Névskaya zastava), Krzhizhanovski, Krúpskaya y Málchenko; del tercer distrito (Obvodni canal, Nárvskaya zastava y Moskóvskaya zastava), Starkov, Zaporózhets y Ponomariov [29]. Los responsables de los distritos formaban comités distritales de la Unión de Lucha y se hallaban en estrecho contacto con los círculos obreros.

Los dirigentes de los grupos distritales se enlazaban con los círculos sólo a través de los organizadores obreros a Bábushkin, Shelgunov, Zinóviev, Yákovlev, Kniázev, Gribakin, Kalinin y otros. La red de círculos obreros constituía la base de la organización socialdemócrata de la capital. Los activistas del movimiento obrero eran invitados a las reuniones de la Unión, llevaban a cabo el trabajo de propaganda en los círculos, difundían octavillas en las fábricas. Ellos “no sólo escuchaban conferencias en los círculos sino que también llevaban a cabo el trabajo de agitación ya en los años 1894—1895 y luego trasladaban las organizaciones de los obreros a otras ciudades (la fundación de las organizaciones de Ekaterinoslav por Bábushkin, deportado de Petersburgo, etc.)” [30].

Lenin fue inspirador y organizador de la Unión de Lucha. Bajo su dirección se formó paso a paso esta primera célula de nuestro partido que dio comienzo a la unión del socialismo con el movimiento obrero en Rusia. Por iniciativa de Lenin, la Union, además de publicar regularmente octavillas y proclamas dirigidas a los obreros en huelga, desplegó los preparativos para publicar su órgano Rabóchee Delo. Para el primer número del periódico Lenin había escrito ya artículos básicos y redactado todos los demás materiales. Del informe del Departamento de Policía se desprende que el artículo de fondo del periódico titulado A los obreros rusos tenía un carácter estrictamente político. En el artículo se señalaba que toda la riqueza es obra del trabajo de los obreros, mientras que ellos pasan hambre, sufren miseria y carecen de libertades. Para cambiar esta situación, los obreros deben unirse y sostener juntos la lucha contra los capitalistas y el gobierno. El artículo terminaba con las siguientes palabras: “Así pues, a luchar contra el fabricante por las condiciones humanas de vida, a luchar contra la arbitrariedad y la omnipotencia del gobierno; ¡obreros, uníos y luchad juntos y firmes por la gran causa!” [31].

En su necrología Federico Engels Lenin llamó a los obreros a liberarse del yugo de la autocracia zarista y unirse bajo la bandera del gran maestro del proletariado. Luego seguía el artículo Qué piensan nuestros ministros, también de Lenin. Este artículo, que comentaba la carta del Ministro del Interior al Primer Fiscal del Santo Sínodo, Pobedonóstsev, sobre las medidas de lucha contra los revolucionarios que ingresaran en las escuelas fabriles y bibliotecas, ponía al desnudo la política reaccionaria del gobierno zarista en el terreno de la enseñanza de los obreros. En el primer número de Rabóchee Delo se proponía insertar hasta diez correspondencias procedentes de distintas ciudades de Rusia. Se destinaba un gran lugar a la información sobre el movimiento huelguístico en las fábricas de Petersburgo, Ivánovo-Voznesensk y Yaroslavl. Todos los materiales del periódico estaban penetrados del espíritu de la lucha de clase del proletariado y orientaban a la socialdemocracia a acercarse más aún a los obreros.

Lenin señalaba más tarde que Rábochee Delo, si hubiera visto la luz, habría encontrado la solidaridad completa de los obreros avanzados, de la intelectualidad revolucionaria y se difundiría ampliamente. Esta edición, escribía Lenin en la obra ¿Qué hacer?, representaba un periódico que no tenía un estrecho carácter local y tanto menos “un carácter economista” [32]. La publicación del órgano impreso habría permitido difundir la experiencia de la Unión de Lucha leninista muy lejos de los límites de una ciudad, hacer de él un patrimonio de las organizaciones socialdemócratas de toda Rusia.

El primer número de Rabóchee Delo estaba ya preparado para la imprenta cuando la noche del 8 de diciembre de 1895 la Unión de Lucha fue intervenida violentamente por la policía. En el acto de la detención de los dirigentes de la Unión (Lenin, Krzhizhanovski, Starkov, Vanéev), fueron sustraidos los manuscritos del periódico, que hasta ahora no se han encontrado.

Para los miembros de la Unión de Lucha sobrevinieron tiempos de duras pruebas. Los arrestos se sucedían. El gobierno zarista apuntaba los golpes al mismo corazón de la organización pero la Unión, que gozaba del apoyo férreo de los obreros fabriles, continuaba dirigiendo la lucha huelguística en la capital ampliando sus vínculos con los círculos y grupos socialdemócratas que se hallaban fuera de Petersburgo.


LA UNION DE LUCHA LENINISTA Y EL AUGE DEL MOVIMIENTO OBRERO

El desarrollo impetuoso del movimiento obrero espontaneo a mediados de los años 90 reclamaba de los socialdemócratas la aplicación de una táctica clara y operativa. Los volantes de la Unión de Lucha eran en aquel entonces una forma fundamental de prensa periódica ilegal. Aparecían en las fabricas de Petersbuigo en los momentos más críticos: ya al comienzo de las huelgas, ya durante las huelgas, ya inmediatamente después de terminadas éstas. Los obreros acogían los volantes con gran entusiasmo. Por estas sencillas octavillas los obreros se enteraban de la verdad sobre la dura explotación capitalista y sacaban la seguridad de la lucha por sus derechos.


De la gran amplitud de la publicación de octavillas de la Unión cabe juzgar ya por el hecho de que sólo en los años 1895—1896 fueron lanzados no menos de 70 llamamientos y proclamas [33]. En una serie de octavillas, además de la exigencia de mejorar las condiciones de trabajo y de vivienda de los obreros, se condenaban las acciones de las autoridades zaristas, que defendían los intereses de los fabricantes. La Unión de Lucha, apoyada en el movimiento obrero de masas, se hacía una fuerza política real. Los autores de los volantes y proclamas eran gente que conocía bien la situación en las fábricas de Petersburgo. Entre los autores de las octavillas figuraban los dirigentes de la Unión de Lucha y obreros de vanguardia. Una serie de octavillas pertenecía a Lenin. La primera proclama escrita por Lenin que ha llegado a nuestro poder apareció poco después de la huelga en la fábrica Thornton. En ella se señalaba que los días de la huelga, 6 y 7 de noviembre, debían ser días memorables para todos los obreros y obreras de la fábrica. “Con su réplica unánime a los abusos patronales —decía la octavilla— los tejedores han demostrado que en los momentos difíciles aún hay entre nosotros gente que sabe defender los intereses que nos son comunes a todos los obreros, que nuestros virtuosos patrones no han logrado todavía convertirnos definitivamente en miserables esclavos de su bolsa sin fondo. Continuemos, pues, compañeros, firmemente y sin vacilaciones nuestra línea hasta el fin, recordemos que sólo con nuestros esfuerzos mancomunados podremos mejorar nuestra situación.” [34]

La octavilla ponía al descubierto de manera palmaria, por medio de ejemplos accesibles a cada obrero, el mecanismo secreto de explotación capitalista de los tejedores y presentaba reivindicaciones concretas como la elevación de las tarifas para los tejedores, la eliminación de las ausencias forzosas, la implantación del orden en cuanto a las multas por pagar, la reducción de los alquileres, etc. Terminaba con la afirmación de que la presentación de estas exigencias es plenamente legítima y que los obreros tienen derecho a defenderlas.

La octavilla leninista dirigida a los textileros de la fábrica Thornton se distinguía por su lenguaje sencillo y expresivo. Al formular las reivindicaciones elementales de los obreros, señalaba al mismo tiempo las contradicciones irreconciliables entre trabajo y capital, animaba a los obreros a proseguir la lucha de clase. Era un modelo de octavillas de la Unión.

Entre los obreros avanzados estaba muy difundido el folleto de Lenin Explicación de la ley de multas que se aplica a los obreros en las fábricas, editado en una tirada de 3 mil ejemplares. En él se explicaba circunstanciadamente la esencia de clase y el objetivo de las multas que se hacía pagar a los obreros, se mostraba que las leyes zaristas sobre las multas se elaboraban en favor de los fabricantes. Más aún, las multas eran un los medios más difundidos de esclavización completa de los obreros por los capitalistas. Lenin escribía: “Se entiende que quien va a trabajar para un patrono pasa a depender de él: debe obedecerle, y éste puede castigarlo. Los campesinos siervos trabajaban para los terratenientes y éstos los castigaban. Los obreros trabajaban para los capitalistas y éstos los castigaban. La diferencia consiste únicamente en que antes el esclavo era castigado a latigazos, mientras que ahora se lo castiga sacándole rublos” [35]. Además de la caracterización general de la ley de multas Lenin analizó detalladamente sus distintos artículos y cláusulas. El obrero se enteraba a través del folleto de Lenin de la verdad sobre los motivos de las nuevas leyes de multas, acerca de los pretextos y el procedimiento para la imposición de penas, y de sus proporciones y utilización. Al denunciar los distintos abusos que cometían los fabricantes convirtiendo las multas en un medio directo para reducir los salarios, Lenin mostraba al mismo tiempo que “la ley es parcial con los capitalistas” y que los obreros no tienen más que una salida: la lucha común y organizada contra los explotadores.

Las octavillas de la Unión de Lucha eran un poderoso instrumento de influencia de la socialdemocracia revolucionaria en el movimiento obrero, movían “a todos los obreros a reclamar que se pusiera fin a los escándalos más flagrantes y los disponía a defender sus reivindicaciones por medio de huelgas. Los propios fabricantes tuvieron, en fin de cuentas, que reconocer hasta tal punto la importancia de estas octavillas como declaración de guerra, que, muy a menudo, ni siquiera querían esperar a que empezase la guerra. . . Más de una vez bastó con que apareciera una octavilla para que las reivindicaciones fuesen satisfechas total o parcialmente” [36].

Los volantes de la Unión estaban dirigidos no sólo a los obreros de algunas fábricas. Su contenido era muy diverso. Así lo prueban los títulos de las proclamas. He aquí algunos de ellos: A todos los obreros de Petersburgo, ¿Qué quiere decir socialista y criminal político?, Carta de los obreros de Petersburgo a los obreros franceses, La fiesta obrera del Primero de Mayo, A la sociedad rusa, Al Gobierno zarista, etc.


A medida que se desarrollaba el movimiento obrero, en los volantes y proclamas de la Unión se presentaban exigencias cada vez más radicales. En ellos se advertía nítidamente el motivo de la solidaridad de los obreros, de la unión de sus esfuerzos en la lucha común contra la arbitrariedad zarista y la explotación capitalista. En la proclama lanzada con motivo de las detenciones de masas de los socialdemócratas de Petersburgo en diciembre de 1895 se subrayaba que las represiones de la policía “no podrán aplastar el movimiento obrero: las huelgas y la lucha no terminarán hasta que no se logre la emancipación completa de la clase obrera rompiendo el yugo del capitalismo” [37].

En la difícil situación creada a causa de las detenciones de los prohombres más activos del movimiento socialdemócrata, Lenin no perdió contactos con la Unión, prestándole toda clase de ayuda. Hallándose en prisión preventiva, Lenin transmitía a través de los parientes y allegados a los dirigentes de la organización consejos e indicaciones, escribía octavillas, artículos y folletos. Una de las cartas enviada por Lenin desde la cárcel en mayo de 1896 contenía propuestas concretas sobre la utilización en las fábricas de los datos comparativos sobre los beneficios de los capitalistas y los salarios de los obreros [38].

En la primera mitad de 1896 la Unión de Lucha leninista encabezó los preparativos y la organización de la huelga, general de los textileros. Esta abarcó más de 20 grandes empresas de la ciudad. A la huelga de los obreros de la manufactura de Kalinin, que exigían el pago de las horas extra, siguió la de los tejedores de la fábrica Ekateríngof, luego pararon las manufacturas Mitrofánievskaya, Triumfálnaya, Nóvaya Kozhévnikovskaya y Névskaya. Así empezó la famosa “guerra industrial” del proletariado de Petersburgo.

En la huelga participaron más de 30 mil obreros. A lo largo de tres semanas (del 27 de mayo al 18 de junio) la huelga estuvo en el centro de la vida política de la capital. Los obreros en huelga eran los héroes del día. Celebraban sus mítines y reuniones libremente, a cielo raso, discutían acaloradamente sus reivindicaciones para presentar a los patronos, leían proclamas y pronunciaban discursos.

Los miembros de la Unión de Lucha que se habían salvado del arresto, actuaban como inspiradores y organizadores de la huelga. Se mezclaban entre los obreros en huelga, los ayudaban a unirse en la lucha contra los patronos y la policía, a redactar sus reivindicaciones. Durante la huelga se lanzaron más de diez proclamas.

Después de la aparición de los primeros volantes de la Unión la huelga adquirió una amplitud más grandiosa aún. Se sumaron los obreros de las fábricas de Víborgskaya storoná y, Peterbúrgskaya storoná. La huelga fue apoyada por los obreros metalistas de las fábricas Baltiiski, Putílovski, etc. Todo el Petersburgo obrero se puso en movimiento.

El intenso auge de la lucha huelguística del proletariado de Petersburgo alarmó no sólo a los capitalistas, sino también al Gobierno zarista. La tentativa de las autoridades para “silenciar” los éxitos de la huelga del verano de 1896 no logro su objetivo. Al fin y al cabo, los propios funcionarios zaristas infringieron el “voto del silencio” y lanzaron contra los “iniciadores de las huelgas” una serie de acusaciones políticas. El 19 de julio se publicó en el Pravítelstvenni véstnik (“Noticiario gubernamental”) una explicación oficial donde se acusaba a las “personas malvadas” de “dar a las huelgas un carácter político” [39].

Lenin respondió desde la cárcel al Gobierno zarista. Redactó una octavilla en la que se daba una réplica digna a los funcionarios gubernamentales que adulteraban burdamente las verdaderas causas de la lucha huelguística del proletariado, y se revelaba el auténtico papel que cumplían los socialdemócratas en el movimiento obrero. Los socialistas, decía la octavilla, acudieron en ayuda de los obreros, “les ayudaron a poner en claro la situación, a darla a conocer en todas partes, tanto entre los obreros como en la sociedad, a formular con precisión sus reivindicaciones a mostrar a todos la mala fe y la violencia desenfrenada del Gobierno” [40]. Al mismo tiempo, Lenin denunció la versión policíaca sobre el “fracaso” de las huelgas, que en realidad se convertían en importantísimo factor del movimiento proletario. Estas huelgas, señalaba Vladímir Ilich, “no fueron estériles. Prestaron un gran servicio a los obreros rusos, les mostraron cómo tienen que luchar por sus intereses. Les enseñaron a comprender la situación política y las necesidades políticas de la clase obrera[41].

La huelga general de los textileros de Petersburgo elevó el movimiento obrero de Rusia a un nuevo peldaño, un peldaño superior. Provocó una oleada de huelgas que recorrió todo el país: de Moscú a Odesa. La huelga enriqueció al proletariado ruso políticamente, elevó el prestigio de los socialdemócratas entre los obreros y su prestigio internacional. Los periódicos socialdemócratas más importantes de Occidente hablaron con entusiasmo de los méritos de la Unión de Lucha de Petersburgo, que dirigió las luchas huelguísticas del proletariado. En la resolución aprobada unánimemente por los delegados del Congreso Socialista Internacional celebrado en Londres en 1896, se anunció solemnemente el despertar de los obreros de Rusia a la vida política. “En la organización del proletariado ruso —decía esta resolución—, el Congreso ve la mejor garantía contra el poder zarista, que es uno de los últimos puntales de la reacción europea.” [42]

La actividad de la Unión de Lucha, fundada y dirigida por Lenin, fue el punto de partida en la formación del POSDR. Para su tiempo, la Unión era una organización bastante encauzada, que permitía dirigir exitosamente las acciones de masas de los obreros de Petersburgo. Con esto se dio comienzo a la unión del socialismo con el movimiento obrero, a la creación del partido marxista del proletariado ruso.

Esta es la importancia imperecedera de la Unión de Lucha leninista, cuya historia es adulterada burda y sistemáticamente por los “investigadores” burgueses de la revolución rusa, que se esfuerzan por “descubrir” la ruptura del ideal socialista de Lenin con la práctica del movimiento obrero, y reducir la actividad de la Unión al “economismo”. Se calumnia monstruosamente a los obreros avanzados de Petersburgo acusándolos de que no buscaban la lucha revolucionaria, sino que aspiraban sólo a “salir a la sociedad” y representaban una “élite obrera” hostil a la “masa gris del proletariado” [43].

Todas estas fábulas y otras por el estilo que inventan los fabricadores burgueses se hallan en flagrante contradicción con la realidad histórica. Los hechos atestiguan que la razón de ser de la Unión de Lucha de Petersburgo era el fortalecimiento y la ampliación de los vínculos de los socialdemócratas revolucionarios con los proletarios de vanguardia de la capital y la transformación del movimiento obrero espontáneo en lucha consciente de clase. “. . .Las huelgas de 1895 y 1896 —escribía Lenin— crearon ya un movimiento obrero de masas, ligado a la socialdemocracia en los terrenos ideológico y de organización.” [44]


EN LOS ANTECEDENTES DE LA FORMACION DEL POSDR

La Unión de Lucha leninista era un auténtico embrión de la organización del proletariado de toda Rusia, cuya actividad dio un poderoso impulso al desarrollo del movimiento obrero en todo el país. Hacia el período de la convocatoria del I Congreso del partido los círculos y grupos socialdemócratas existían en más de 50 ciudades. Se había intensificado el proceso de centralización. Siguiendo el ejemplo de Petersburgo, en los centros industriales y administrativos más importantes de Rusia (Moscú, Ivánovo-Voznesensk, Ekaterínoslav, Kíev, etc.) surgieron y actuaban organizaciones unificadas en forma de uniones socialdemócratas.


“En el segundo período no vemos, a diferencia del tercero, discrepancias entre los propios socialdemócratas. —Escribió Lenin.— La socialdemocracia estaba entonces unida en lo ideológico y se intentó conseguir también la unidad en el terreno práctico y de organización (fundación del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia).” [45]

El foco más importante (después de Petersburgo) del movimiento socialdemócrata era Moscú. Aún los brusnevianos establecieron el estrecho contacto entre los marxistas de estas ciudades. Pero con el arresto de Brusnev los vínculos entre Moscú y Petersburgo se rompieron. En agosto de 1893 y en enero de 1894 Lenin visitó Moscú. Las entrevistas que tuvo Lenin con los socialdemócratas locales dejaron una profunda huella en la vida de la organización de Moscú.

Poco después de la primera visita de Lenin se formó y empezó a actuar un grupo marxista central compuesto de seis personas. En distintos tiempos lo integraban A. N. Vinokúrov, S. I. Prokófiev, A. I. Uliánova, S. I. Mitskévich, M. N. Liádov y otros. En la primavera de 1894 este grupo, junto con los círculos de los obreros de vanguardia, se unió formando una Unión Obrera.

La formación de la Unión Obrera de Moscú transcurrió bajo la influencia directa de Lenin. Es bien sabido que la primera edición del libro de Lenin sobre los “amigos del pueblo” se imprimió cerca de Moscú, en Kuzminki, y fue muy difundida entre los socialdemócratas locales. Además, los participantes en la Unión Obrera conocían bien los trabajos de Lenin El contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve y Las tareas de los socialdemócratas rusos.

Con la formación de la Unión Obrera la actividad de los socialdemócratas de Moscú adquirió una envergadura bastante amplia y un carácter coherente. Los moscovitas organizan el tránsito de la propaganda del marxismo en círculos a la agitación de masas. Los vínculos de la Unión con los obreros se hacían cada vez más estrechos y estables. A pesar de las frecuentes redadas contra la organización y los arrestos de los socialdemócratas, se organizó la publicación regular de octavillas de agitación que tenían gran éxito [46]. Gran popularidad tenían las octavillas tituladas Se pusieron de acuerdo ante el inspector fabril, Conversación de dos fabricantes, ¿Ganamos mucho?, Llamamiento para el Primero de Mayo.

La Unión Obrera disponía de una imprenta, una biblioteca y la caja obrera central. La agitación se llevaba a cabo en muchas fábricas. Las huelgas reclamando la reducción de la jornada de trabajo que tenían lugar en aquel entonces en una serie de empresas terminaban con la victoria parcial de los obreros. En algunas empresas se estableció la jornada de 11 horas e incluso de 10.

A fines de 1897, los moscovitas le cambiaron el nombre a su organización por el de Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera. La nueva denominación fue aprobada por iniciativa de los obreros de vanguardia. En el programa de la Unión se destacaba que preparaba a la clase obrera para la revolución política contra el zariano, sin derrocar el cual era imposible lograr la victoria sobre el capitalismo [47].

La Unión de Moscú fue un digno sucesor de las tradiciones combativas de la Unión de Lucha leninista. En un clima de intensificadas represiones por parte de la ojranka zarista, continuó dirigiendo el movimiento obrero local y participó en los preparativos del I Congreso del POSDR.

La actividad de las Uniones de Lucha de Petersburgo y Moscú ejerció una influencia constante sobre los socialdemócratas de las ciudades contiguas. Entraban en su esfera de influencia directa Tula, Kaluga, Yaroslavl, Vladímir, Ivánovo-Voznesensk.

Lenín prestaba una atención especial a la organización socialdemócrata de Ivánovo-Voznesensk. Hay que tener en cuenta que el primer grupo marxista surgió precisamente en esta ciudad, en 1892. Lo formaban O. A. Varentsova y F. I. Schekoldin por los intelectuales; y por los obreros, M. A. Bagáev, K. N. Otrokov y N. N. Kudriashev. Todo el ambiente de la gran ciudad fabril contribuía a que se forjaran participantes activos del movimiento revolucionario.

Oficialmente, la Unión Obrera de Ivánovo-Voznesensk fue fundada en la concentración obrera de mayo de 1895. En otoño del mismo año los miembros de la Unión encabezaron la huelga en una gran manufactura de Ivánovo-Voznesensk. En la fábrica se declararon en huelga cerca de 2 mil tejedores. Los dirigentes de la huelga pidieron ayuda a los obreros de otras fábricas, pero esto no se logró. Los fabricantes y la policía llamaron a las tropas de la ciudad de Vladímir. La ciudad se vio en estado de sitio.

En cuanto la noticia de la huelga llegó a la Unión de Lucha, a los obreros de Ivánovo-Voznesensk se les prestó ayuda en la medida de lo posible. De Petersburgo a Ivánovo-Voznesensk se envió inmediatamente a Silvin. En nombre de los obreros de Petersburgo entregó al fondo de la huelga de Ivánovo-Voznesensk 200 rublos. Una cantidad más o menos igual llegó de parte de la Unión Obrera de Moscú [48].

La huelga de Ivánovo-Voznesensk, al frente de la cual se hallaban socialdemócratas, tuvo una gran importancia política. Aunque la huelga no dio resultado real alguno, las amplias masas obreras del “Manchester ruso” advirtieron que eran respaldadas por una fuerza capaz de unir el movimiento y llevarlo a la victoria.

En el campo visual de la Unión de Lucha se hallaba también constantemente la organización socialdemócrata de Nizhni Nóvgorod. Esta ciudad fue visitada reiteradamente por Lenin, Krzhizhanovski, Vanéev, Silvin. A través de los socialdemócratas de Nizhni Nóvgorod se mantenían los vínculos de Petersburgo con una serie de ciudades del Volga y los Urales.

Lenin y la Unión de Lucha ejercieron una gran influencia en el desarrollo del movimiento socialdemócrata de Ucrania. Entre los socialdemócratas de una serie de ciudades ucranianas se divulgaron algunos fascículos del libro Quiénes son los “amigos del pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas, copiados a mano o mecanografiados. Este trabajo pertrechó ideológicamente a los círculos marxistas de Ucrania en su lucha contra los populistas liberales. En las reuniones ilegales en Kíev, Odesa, Járkov, Poltava, se entablaban entre los partidarios de las ideas populistas y marxistas agudas controversias sobre el desarrollo de las relaciones capitalistas en Rusia, la diferenciación del campesinado y la intensificación de las contradicciones de clases en el campo, el carácter de la comuna campesina, los métodos de lucha contra el zarismo [49].

La otra fuente de influencia de la Unión de Lucha sobre los socialdemócratas de Ucrania surgió, por muy paradójico que parezca, con el concurso del Gobierno zarista. La cosa se explica por el hecho de que de Petersburgo eran deportados a las zonas industriales de Ucrania obreros avanzados sospechosos de “crímenes revolucionarios”. Durante 1895—1897 en Ekaterinoslav, que en aquel entonces era uno de los grandes centros industriales del país, trabajaron Bábushkin y Shelgunov, discípulos de Lenin. Gracias a la actividad de ellos, las fuerzas socialdemócratas dispersas de esta ciudad fueron agrupadas en la Unión de Lucha local. En un principio, la actividad de la Unión se limitaba a la agitación económica, pero pronto en sus octavillas empezaron a presentarse también reivindicaciones políticas. Bajo la dirección de los socialdemócratas, los obreros de Ekaterinoslav se incorporaban a la lucha organizada contra los capitalistas y el Gobierno.

Un papel no menos importante en el viraje hacia los nuevos métodos de trabajo correspondió a los socialdemócratas de Kíev. El paso de la propaganda en círculos a la agitación de masas empezó allí a mediados de los años 90. Los partidarios de la agitación crearon el grupo especial Rabóchee Delo que, según testimonia Tuchapski (uno de sus dirigentes), “acordó unir la propaganda con la agitación, es decir, el trabajo en círculos con la publicación de volantes dirigidos a los obreros de unas u otras empresas sobre todo género de cuestiones que les preocupaban” [50].

Con el objeto de centralizar la dirección del movimiento revolucionario del proletariado, Rabóchee Delo se unió con el grupo local de socialdemócratas polacos y fundó la Unión de Lucha de Kíev. Pasaron a dirigir la Unión los antiguos participantes de Rábochee Delo B. L. Eidelman, P. L. Tuchapski, N. A. Vigdorchik.

La actividad de la Unión de Lucha de Kíev contribuyó a la aproximación de los circulos marxistas e intensificó su trabajo de agitación. Sólo en 1897, los marxistas de Kíev lanzaron más de 6.500 ejemplares de volantes y los divulgaron en 25 fábricas [51]. Las publicaciones de la Unión ayudaban a los obreros a comprender su difícil situación, los alzaban para acciones enérgicas contra los explotadores.

Una considerable amplitud alcanzó el movimiento socialdernócrata en las zonas industriales de Polonia y Letonia. En Lituania, sobre todo en la “zona del asentamiento judío”, la agitación de masas entre la población se llevaba a cabo sobre una base puramente económica. En 1897, en el congreso de los socialdemócratas judíos celebrado en Vilno fue fundada la organización Bund: “Unión Obrera Judía General de Letonia, Polonia y Rusia.”

La formación y la actividad de las Uniones de Lucha marcaban el advenimiento de una nueva fase en el desarrollo del marxismo y del movimiento obrero en Rusia. La socialdemocracia rusa iba liberándose en todas partes del anterior aislamiento en círculos y emprendía cada vez con más firmeza la vía de la unión del socialismo con el movimiento obrero, la unión de las organizaciones dispersas en un partido único. Para consolidar este proceso de unificación era necesario un congreso de todas las organizaciones socialdemócratas.

Por primera vez la idea de convocar el I Congreso del POSDR fue expuesta por Lenin. Según testimonia Krúpskaya, en las cartas enviadas de la cárcel Lenin apremiaba a organizar el partido, e insistía mucho en la preparación del congreso [52]. Lenin no se limitaba a señalar la necesidad de preparar prácticamente el congreso del partido. Estando en la cárcel, Lenin prepara el primer esbozo de programa del futuro partido y escribe una nota explicativa adjunta. En el Proyecto de programa Vladímir Ilich expresó con precisión la esencia de clase de la socialdemocracia rusa y definió sus objetivos inmediato y final.

Lenin consideraba que las tareas principales de la actividad revolucionaria del partido marxista de la clase obrera en Rusia eran, primero, el derrocamiento de la autocracia zarista y la con quista de la libertad política; segundo, la toma del poder por el proletariado y la construcción de las bases de la nueva sociedad. “Esta lucha de la clase obrera contra la clase capitalista —decía el proyecto de programa de Lenin— es una lucha contra todas las clases que viven a costa del trabajo ajeno y contra toda explotación. Esta lucha sólo puede terminar con el paso del poder político a manos de la clase obrera, con la entrega de toda la tierra, instrumentos de trabajo, fábricas, máquinas y minas a manos de toda la sociedad para organizar la producción socialista en la que todo lo producido por los obreros y todas las mejoras introducidas en la producción deben redundar en beneficio de los propios trabajadores.” [53]

En la explicación del Proyecto de programa Lenin formuló el contenido de sus tres partes integrantes, cuya esencia fundamental consistía en lo siguiente: la primera parte del programa esclarecía la situación de la clase obrera en la sociedad de entonces; en la segunda parte se exponían las tareas radicales del partido; la tercera parte contenía las reivindicaciones concretas del proletariado y de todos los trabajadores [54].

El documento programático leninista del partido estaba libre de toda influencia del populismo y reflejaba profundamente las necesidades acuciantes de las transformaciones democráticas y socialistas en el país. El documento fue sacado de la cárcel y luego se enteraron de él algunos miembros de la Unión de Lucha de Petersburgo y del grupo extranjero Emancipación del Trabajo [55].


La preparación del I Congreso del partido que empezó por iniciativa de Lenin transcurrió en una situación difícil en extremo. Las primeras tentativas de convocar el congreso emprendidas por las Uniones de Lucha de Petersburgo y de Moscú fueron atajadas por la policía. Tampoco dio los resultados apetecidos la reunión de representantes de algunas uniones socialdemócratas celebrada en verano de 1897 en Zürich (Suiza). En lo sucesivo, todo el trabajo práctico relacionado con la convocatoria del congreso recayó sobre las espaldas de los socialdemócratas de Kíev, que disponían de una buena organización conspirativa.

Los marxistas de Kíev, que conocían los trabajos teóricos de Lenin, establecieron un estrecho contacto con los representantes de las organizaciones socialdemócratas de Petersburgo, Moscú, Vilno, Ekaterinoslav y otras ciudades. En el Reglamento del congreso (“Reglamento del coloquio”) elaborado por ellos se esbozaban las cuestiones fundamentales por discutir: la forma de unión, el Comité Central con atribuciones permanentes o cualquier otro tipo de institución; la denominación del partido; atribuciones y funciones del CC; publicaciones del partido; finanzas; programa; relaciones con otras organizaciones revolucionarias, etc. [56] Gran importancia tuvo la publicación de Rabóchaya Gazeta organizada en Kíev. El periódico informaba profusamente del movimiento socialdemócrata en Rusia, llamaba a los círculos y grupos obreros a cohesionarse bajo la bandera roja de la socialdemocracia internacional. “El partido obrero ruso —se subraya en el segundo número del periódico— será un partido socialdemócrata.” [57]

Los encargados de preparar el congreso atravesaban por serias dificultades. Los frecuentes arrestos de los funcionarios más experimentados del partido se dejaban sentir negativamente en el nivel del movimiento obrero, contribuían al incremento de elementos de espontaneidad. Entre los socialdemócratas que quedaban en libertad, sobre todo entre los “jóvenes” militantes de la socialdemocracia educados en las publicaciones del “marxismo legal”, se revelaba cada día más evidentemente una corriente oportunista, cuyos partidarios eran proclives a renunciar a la lucha política. Era necesario hacer frente a los vaivenes oportunistas de los “jóvenes” y defender la línea revolucionaria de los “viejos” propugnada por la Unión de Lucha leninista. Y esta tarea se cumplía con toda coherencia.

El I Congreso del POSDR fue convocado en Minsk, donde se reunieron los representantes de las organizaciones socialdemócratas más importantes del país: de las Uniones de Lucha de Petersburgo, Moscú, Kíev, Ekaterinoslav, así como los representantes del grupo de Rabóchaya Gazeta y del Bund. El congreso se celebró del 1 al 3 de marzo de 1898 en el apartamento de P. V. Rumiántsev, en la más rigurosa clandestinidad. Este era el único congreso del partido celebrado en el territorio de Rusia antes del derrocamiento del zarismo.

La cuestión fundamental del congreso era la formación del partido. Se acordó unánimemente, sin debates, fusionar todas las uniones socialdemócratas en el POSDR único. La discusión se entabló solamente en la cuestión del nombre del partido. Según el “Reglamento del coloquio”, para el examen de los delegados del congreso fueron presentadas las siguientes variantes: Partido Socialdemócrata Ruso, Partido Obrero Ruso, Unión Obrera Rusa. Como resultado de la discusión, el congreso aprobó el siguiente nombre del partido: Partido Socíaldemocratá de Rusia. Con el consentimiento de dos miembros del CC, la palabra “obrero” fue incorporada al nombre después del congreso, cuando se confeccionó el Manifiesto del POSDR.

La decisión del congreso de dar al partido el nombre “de Rusia” tuvo importancia de principio. Así se subrayaba que el partido se proponía unir en sus filas a los obreros de todas las nacionalidades que poblaban Rusia. “El partido —escribía Lenin—, para eliminar toda idea de su carácter nacional no se dio el nombre de ‘ruso’, sino ‘de Rusia’.” [58] A este respecto, el congreso aprobó una resolución especial sobre “el reconocimiento a cada nacionalidad del derecho a la autodeterminación” [59].


El congreso escuchó la información de los delegados sobre la situación en las localidades y aprobó la decisión sobre la estructura orgánica del partido. En la disposición compuesta de once párrafos se definía el estatuto organizativo del POSDR, en el que se hablaba de la formación del partido y de su nombre, de los congresos del partido, el orden de su convocatoria, de las obligaciones del CC y de los comités locales, de los medios del partido, de su órgano de prensa y su representación en el extranjero. Se estableció que el órgano supremo del partido era el congreso de representantes de los comités locales, y el órgano ejecutivo, el CC elegido por el congreso [60].

A los comités locales del POSDR se les concedió una gran independencia. El congreso les permitió cumplir las disposiciones del CC en la forma que consideraran la más adecuada según las condiciones locales. En casos excepcionales, los comités podían renunciar al cumplimiento de las exigencias del CC, pero debían comunicar la causa de su negativa. En esta decisión se dejó sentir la falta de madurez del movimiento socialdemócrata de aquel tiempo, la incomprensión de la necesidad de subordinar los intereses locales a las tareas generales del partido.

Una autonomía aún más amplia se le concedió al Bund, que obtuvo la independencia total en cuestiones concernientes especialmente al proletariado judío. Dicha autonomía le brindaba la posibilidad de hacer la propaganda, tener publicaciones propias y convocar congresos, satisfacer las necesidades y solicitudes locales dimanantes de las particularidades de la vida judía. Sin embargo, después del congreso las dirigentes del Bund no se dieron por satisfechos con la autonomía y empezaron a reclamar la estructuración federativa del POSDR.

El congreso eligió el Comité Central compuesto de tres personas: S. I. Rádchenko, B. L. Eidelman y A. I. Kremer. Organo central del partido fue declarado el periódico Rabóchaya Gazeta. A la Unión de Socialdemócratas Rusos en el extranjero se la reconocía como parte del partido y como su representante en el exterior.


Al final de sus reuniones el congreso tomó la decisión de publicar el Manifiesto del POSDR, cuya redacción se le encomendó al CC. Esta tarea la asumió Rádchenko, quien al llegar a Petersburgo estableció contactos con P. Struve, ya que Lenin y otros destacados dirigentes del movimiento obrero socialdemócrata no estaban en aquel entonces en Petersburgo. Struve aceptó la propuesta de Rádchenko y escribió el texto del documento que había de pasar a la historia con el nombre de Manifiesto del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia [61]. El que Struve fuera el autor no podía dejar de reflejarse, claro está, en el contenido del Manifiesto. Por su nivel el Manifiesto se hallaba por debajo del Proyecto de programa del partido escrito para aquel entonces por Lenin. Sin embargo, el Manifiesto redactado bajo el control de los miembros del CC Rádchenko y Kremer era el primer documento oficial del partido que presentaba en lo fundamental un cuadro justo del movimiento socialdemocrata de los años 90 y en la forma más general trazaba sus tareas.

En el Manifiesto se señalaba el despertar de la autoconciencia de clase del proletariado de Rusia, los primeros éxitos logrados por los obreros en el movimiento huelguístico, se promovían las exigencias de libertades políticas. El proletariado ruso, se recalcaba en el documento, necesita de estas libertades del como del aire puro; el obrero las necesita no sólo para mejorar su situación bajo el capitalismo, sino también en su lucha por conquistar el socialismo.

Los socialdemócratas revolucionarios de Rusia acogieron el Manifiesto y las decisiones del I Congreso del partido como documentos de gran importancia política.

Lenin, que se encontraba entonces deportado en Siberia, recibió con entusiasmo la noticia de la celebración del congreso. P. N. Lepeshinski recordaba que nadie tanto como Lenin se regocijó con motivo del I Congreso del partido. Según testimonia Lepeshinski, Lenin “nos declaró con el mayor orgullo a nosotros, sus compañeros más íntimos de deportación y correligionarios, que de aquí en adelante él era miembro del Partido Obrero Socialdemócrata. Nosotros también secundamos con gran satisfacción este nuevo motivo y parecía que habíamos crecido ante nuestros propios ojos” [62].

El I Congreso del POSDR fue un importante jalón en la historia de la creación del partido proletario en Rusia. Se elevó sobre el nivel de la dispersión en círculos de las organizaciones socialdemócratas y significó un gran avance en la unión del socialismo con el movimiento obrero. “La formación del partido, en la primavera de 1898 —escribió Lenin— fue el acto de mayor relieve, y último a la vez de los socialdemócratas de aquel período.” [63]

Sin embargo, pese al considerable aporte que hizo el I Congreso al movimiento de unificación de la socialdemocracia de Rusia de los años 90, su influencia en la formación del partido fue históricamente limitada. El congreso no aprobó ningún programa ni estatutos más o menos perfectos del partido. La elaboración de los principios científicos de estructuración del partido y de su actividad revolucionaria correspondió al futuro. La situación se agravaba por el hecho de que los arrestos masivos de socialdemócratas, iniciados inmediatamente después del congreso, asestaron un fuerte golpe al POSDR recién formado y desbrozaron el terreno para la prepotencia del “economismo” en la mayoría de sus organizaciones. Como resultado, el partido fue lanzado para atrás, hacia el período de la actividad en los círculos.

En virtud de todas estas causas, después del I Congreso de hecho no existía unidad del partido: no era más que una idea, una directriz [64]. Se necesitaron no menos de cinco años (de 1899 a 1903) de porfiada lucha contra el oportunismo en la socialdemocracia de Rusia y la internacional para reconstituir el partido a base de los principios del marxismo revolucionario, preparar en todos los aspectos su unidad ideológica y organizativa.

Por medio del periódico político de toda Rusia, Iskra, Lenin desplegó exitosamente su actividad para crear un partido de ese tipo.




Notas

[1] Véase V. I. Lenin. Guión del artículo “1895-1905 (un pequeño paralelo)”. O. C., t. 9, p. 396.

[2] Véase El movimiento obrero en Rusia en el siglo XIX. Moscú, 1961, t. 4, parte I, pp. 1—2.

[3] El folleto Acerca de la agitación fue escrito por el socialdemócrata de Vilno A. Krémer en colaboración con Yu. Mártov. El aspecto positivo de este folleto consistía en que argumentaba la necesidad de que la socialdemocracia pasara a la agitación de masas entre los obreros. Sin embargo, los autores del folleto, en bien de la aproximación de la socialdemocracia con la masa de obreros, recomendaban limitarse a las reivindicaciones económicas “en base a las pequeñas necesidades existentes”. Esto era una posición errónea, desarrollada luego por los “economistas” en “teoría de fases” en el movimiento obrero. Entre tanto, según escribía Lenin, “los primeros socialdemócratas de aquel período, al ocuparse con ardor de la agitación económica (y teniendo bien presentes en este sentido las indicaciones realmente útiles del folleto Acerca de la agitación entonces todavía en manuscrito), lejos de considerarla su única tarea, señalaron también desde el primer momento las más amplias tareas históricas de la socialdemocracia rusa, en general, y la tarea de dar al traste con la autocracia, en particular”. (V. I. Lenin. ¿Qué hacer? O. C., t. 6, p. 31.)

[4] M. A. Silvin. Lenin en el período del nacimiento del partido. Memorias, pp. 90-92.

[5] Ibíd., p. 92.

[6] A. Wildman. Op. cit., p. 69.

[7] N. K. Krúpskaya. Lenin. pp. 117-118.

[8] Octavillas de la Unión de Lucha por la Emancipación de la clase Obrera de Petersburgo. 1895-1897. Moscú, 1934, p. 1.

[9] Véase El movimiento obrero en Rusia, t. 4, parte 1, p. 4.

[10] M. A. Silvin. Lenin en el período del nacimiento del partido. Memorias, p. 94.

[11] Véase Boletín del Instituto de Lenin, t. 3, pp. 71—73.

[12] M. A. Silvin. Lenin en el período del nacimiento del partido. Memorias, p. 96.

[13] V. I. Lenin. Del desarrollo de la prensa obrera en Rusia. O. C., t 25, p. 97.

[14] M. A. Silvin. Lenin en el período del nacimiento del Partido. Memorias, p. 97.

[15] Krasni arjiv, 1934, N° 1 (62), p. 79.

[16] Recordando a Lenin, 2ª ed., t. 2, p. 15.

[17] Correspondencia de G. V. Plejánov y P. B. Axelrod. Moscú, 1925, t. 1, pp. 271.

[18] Ibíd., pp. 270-271.

[19] Archivos Centrales del Partido. Instituto de Marxismo-Leninismo adjunto al CC del PCUS, folio 264, legajo 1, expediente 49. Charlottenburg, suburbio de Berlín de aquel entonces.

[20] V. I. Lenin. Crónica biográfica, t. 1, p. 103.

[21] K. Streb. Lenin en Alemania. Moscú, 1959, p. 12.

[22] Véase V. I. Lenin. O. C., t. 46, pp. 8, 10. El primer folleto de Rabótnik (N° 1-2) apareció en 1896. En él se abordaban vastas cuestiones del movimiento obrero ruso y europeo-occidental. Una parte considerable de la recopilación la formaban los materiales enviados por Lenin, entre ellos, la conocida necrología de Lenin dedicada a Engels.

[23] Véase Archivo Estatal Central de la Revolución de Octubre, folio 124, 1895, expediente 11509, hoja 4.

[24] Krasni arjiv, 1934, Nº 1 (62), p. 89.

[25] Véase M. A. Silvin. Lenin en el período del nacimiento del partido. Memorias, p. 103.

[26] La primera octavilla firmada por la Unión de Lucha data del 15 de diciembre de 1895. En ella se señalaba, entre otras cosas, que las octavillas, que “encuentran solidaridad en todas partes”, son difundidas por la Unión (véase Las octavillas de la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera de Petersburgo, p. 14).

[27] Recopilación Leninista V, p. 442.

[28] N. K. Krúpskaya. La Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera.—La revista “Tvórchestvo”. Moscú, 1920, N° 7-10, p. 4.

[29] Los datos son tomados de los libros: Crónica del movimiento obrero revolucionario de Petersburgo, t. 1, p. 188; V. Nevski. Ensayos de historia del PCR, 1925, t. 1, p. 409.

[30] V. I. Lenin. Cómo V. Zasúlich demuele al liquidacionismo. O. C., t. 24, p. 22.

[31] Informe sobre los círculos criminales surgidos en San Petersburgo en los años 1894-1895, y formados por personas que se denominan social-demócratas (véase Anexo al primero tomo de la primera edición de las Obras de Lenin, p. 560).

[32] V. I. Lenin. ¿Qué hacer? O. C., t. 6, p. 32.

[33] Véase Las octavillas de la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera, pp. 1—119.

[34] V. I. Lenin. A los obreros y obreras de la fábrica Thornton. O. C., t. 2, p. 70.

[35] V. I. Lenin. Explicación de la ley de multas. O. C., t. 2, p. 20.

[36] V. I. Lenin. ¿Qué hacer? O. C., t. 6, p. 55.

[37] Las octavillas de la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera, pp. 15—16.

[38] Véase Cuestiones de la historia del PCUS, 1964, N° 10, p. 68.

[39] Pravítelstvenni véstnik, 1896, N° 158, 19 de julio.

[40] V. I. Lenin. Al Gobierno zarista. O. C., t. 2, p. 112.

[41] Ibíd., p. 116.

[42] Informe presentado por la delegación de los socialdemócratas rusos al Congreso Obrero Internacional de Londres en 1896. Ginebra, 1896, p. 2.

[43] D. Geyer. A.a.o. S. 422; R. Pipes. Op. cit, pp. 6—10.

[44] V. I. Lenin. Acerca de una violación de la unidad. O. C., t. 25, p. 201.

[45] V. I. Lenin. Las tareas de los socialdemócratas rusos. O. C., t. 2, p. 438.

[46] Véase Recordando a Lenin, 2ª ed., t. 2, p. 57.

[47] Véase El movimiento obrero en Rusia en el siglo XIX, t. 4 parte II, p. 49.

[48] Véase Historia del Partido Comunista de la Unión Soviética, t. 1, p. 242.

[49] Véase Ensayos de Historia del Partido Comunista de Ucrania, 4ª ed., Kíev, 1977, p. 38.

[50] El Primer Congreso del POSDR. Documentos y materiales. Moscú 1958, p. 215.

[51] Véase El movimiento obrero en Rusia en el siglo XIX, t. 4, parte I, p. 763.

[52] Archivos Centrales del Partido. Instituto de Marxismo-Leninismo, folio 12, legajo 2, expediente 53, hoja 8.

[53] V. I. Lenin. Proyecto y explicación del programa del partido socialdemócrata. O. C., t. 2, pp. 83—84.

[54] Véase ibíd., p. 87.

[55] Véase Cuestiones de historia del PCUS, 1968, N° 3, p. 6. En el llamado Reglamento de Petersburgo del trabajo del I Congreso del POSDR se decía que la Unión de Lucha de Petersburgo presentaría por su parte “el proyecto motivado de programa” del partido. Los puntos más importantes del “proyecto motivado” enumerados en el Reglamento reflejaban casi por completo el contenido del trabajo de Lenin Proyecto y explicación del programa del Partido socialdemócrata. Esto significaba que los dirigentes de la Unión de Petersburgo no sólo conocían el Proyecto de Lenin, sino que se proponían aprovecharlo en la confección del futuro programa (véase El I Congreso del POSDR, Documentos y materiales, pp. 88—90).

[56] Véase El I Congreso del POSDR. Documentos y materiales, p. 86.

[57] Rabóchaya Gazeta, 1897, N° 2, noviembre.

[58] V. I. Lenin. A los obreros judíos. O. C., t. 10, p. 267.

[59] El I Congreso del POSDR. Documentos y materiales, p. 83.

[60] Véase El I Congreso del POSDR. Documentos y materiales, pp. 82—83.

[61] Los historiadores burgueses, invocando que el autor del Manifiesto era Struve, procuran subrayar así el papel progresista de Struve, su adhesión al marxismo. Pero estas afirmaciones fueron rechazadas por el propio Struve. En el artículo titulado Mis contactos y conflictos con Lenin, publicado en 1934, Struve escribió: “. . .yo hice todos los esfuerzos para no incluir en él (en el Manifiesto—A. K.) mis puntos de vista personales que parecerían heréticos y serían incomprensibles para el socialdemócrata medio (P. Struve. My contacts and conflicts with Lenin. —“The Slavonic and East European review”. 1934, vol. 137, April) Este testimonio personal de Struve significa que jamás había sido partidario de las concepciones marxistas y que más tarde abdicó de ellas públicamente y de una vez para siempre.

[62] Lepeshinski. El I Congreso del Partido. Moscú. 1928, p. 26.

[63] V. I. Lenin. ¿Qué hacer? O. C., t. 6, p. 181.

[64] Véase V. I. Lenin. Prólogo a la recopilación “En 12 años”. O. C., t. 16, p. 100.




Fuente: Kostin, A. F., La creación del partido de nuevo tipo en Rusia (1894-1904), Editorial Progreso, Moscú, 1983, pp. 67-102.



Digitalizado por M. I. Anufrikov para Partiynost

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