domingo, 21 de enero de 2018

Comentario a “El materialismo histórico, la filosofía de la praxis y el pensamiento de la revolución” de Gajo Petrović

Gavrilo “Gajo” Petrović
(1927-1993)


En este ensayo [1] el yugoslavo Gajo Petrović, prominente miembro del Grupo “Praxis”, se plantea analizar cuál viene a ser la interpretación adecuada del pensamiento de Marx según la disyuntiva materialismo histórico, materialismo dialéctico, filosofía de la praxis y pensamiento de la revolución. A continuación desplegaremos unas pocas reflexiones en relación con lo que Petrović escribiese.

I

El materialismo histórico es juzgado en el ensayo de Petrović como algo que ya no puede considerarse rival respecto de otras interpretaciones de las ideas de Marx, posee un carácter mecánico que otorga al factor económico la categoría de causa primera de los fenómenos sociales, en palabras de Petrović este materialismo consiste en que se atribuye el papel determinante en la historia a un factor material específico: el económico. La descomposición del hombre en factores diferentes, y el descubrimiento del factor material en última instancia determinante del desarrollo histórico, no es algo accidental, sino esencia misma del materialismo histórico”. Al ser incluído G. Plejánov por Petrović, y otros seguidores de las ideas del Grupo “Praxis”, como un exponente clásico del materialismo histórico resulta válido hacer examen de sus ideas: “… los materialistas verdaderos y consecuentes no están —dice Plejánov—, en realidad, inclinados a introducir en todas partes el factor económico. Incluso, la misma cuestión de saber qué factor predomina en la vida social, les parece una cuestión desprovista de fundamento.” (Plejánov, La concepción materialista de la historia, 1891) La actividad del ser social estudiada desde puntos de vista particulares en virtud de la fragmentación impuesta por la división social del trabajo da lugar a interpretaciones unilaterales sobre las fuerzas motrices de la historia y es origen de la teoría de los factores, esto es, explicar la historia a partir de la supremacía de tal o cual factor (económico, religioso, político, geográfico), al respecto Plejánov en la misma obra citada observa: “Pero, por legítima y útil que en su tiempo haya sido la teoría de los factores, hoy no resiste a la crítica. Fragmenta la actividad social del hombre, convirtiendo a sus diferentes aspectos y manifestaciones en fuerzas particulares, como si ellas fuesen las que determinasen el movimiento histórico de la sociedad.”
 
Petrović habla de un materialismo histórico que se fundamenta en el predominio del “factor económico”, sin embargo, Plejánov, un supuesto exponente de este materialismo económico, se opone a la teoría del factor económico que no toma en cuenta la influencia recíproca entre los diversos “factores” históricos-sociales y tampoco explica cómo el “factor”, que en un momento parece predominante en virtud de las propias leyes del movimiento histórico-social, se subordina a otros.


II

Afirma Petrović que la filosofía de la praxis supera al materialismo histórico al concebir como cualidad esencial del hombre “la idea de que este es un ser total y de la creación libre”, y al no restringir la libertad a la idea de que esta es la “necesidad conocida”, según lo formulase Engels. En relación con lo anterior, la filosofía de la praxis puede dar por sentado que la acción social requerida para alcanzar esta libertad, la revolución, no es la transformación de la sociedad necesaria en virtud de las condiciones objetivas sino la “negación radical de la sociedad y el hombre auto-enajenados, creación de una comunidad en verdad humana y de seres humanos libres”. Esto quiere decir, la revolución como acto supremo de defensa de la personalidad al crear finalmente una sociedad acorde a la naturaleza humana.
 
Hagamos un paréntesis y retomemos la obra citada de G. Plejánov en donde hallamos la siguiente observación referente a los materialistas económicos: “Rogamos al lector tomar nota de que tanto para Luis Blanc, como para Rogers, el factor económico, predominante en la vida social era de por sí, como se diría en términos matemáticos, función de la naturaleza humana y principalmente de la inteligencia y del conocimiento humano.” Dicho de otra manera, los materialistas económicos a diferencia de los materialistas consecuentes y verdaderos consideran a la historia como la paulatina eliminación gradual de los obstáculos que han dificultado la manifestación de las cualidades inherentes a la naturaleza humana, esencia que lucha por hacerse realidad. A la luz de lo anterior pasamos a analizar lo siguiente: “En la concepción del materialismo histórico —escribe Petrović— no puede imaginarse el socialismo como una forma esencialmente nueva e íntegra del ser del hombre (su ser humano, libre), sino meramente como una “formación social y económica” nueva. Por consiguiente, no puede comprenderse el camino al socialismo como un hecho humano libre, sino como un desarrollo predeterminado y sujeto a leyes de las organizaciones e instituciones socioeconómicas.” Si partimos del hecho que la libertad no es la necesidad ya conocida, obviamente el hecho humano libre es algo distinto a la actividad social que utilizando las leyes naturales sojuzga la realidad objetiva. Para Gajo Petrović esto se concibe de un modo distinto: “… no es posible comprimir la filosofía de la praxis en los límtes estrechos del materialismo histórico, en sí es lo suficientemente amplía para abarcar a dicho materialismo histórico como una teoría especial. En la filosofía de la praxis se concibe al hombre como un ser creador libre, que mediante su actividad se modela y modela su mundo. Pero justo como ser libre puede enajenarse de sí mismo, volverse un ser autoalienado y carente de libertad, un animal económico.”
 
La crítica de Petrović al materialismo histórico implica colocar al creador libre previo al objeto, en el inicio hallamos a un ser creador libre que en lo posterior es dominado por su creación y que lucha por subyugar a la creación nuevamente bajo su poder creador, cosa que no es diferente a la comprensión de la historia que tuviesen los materialistas económicos, la esencia humana que se abre paso ante los obstáculos que le impiden manifestarse.


III

El humano como ser libre de la creación libre que “se modela y modela su mundo” es un ser anti-histórico, cosa que resulta evidente cuando miramos la manera en que el ser humano interactúa con la naturaleza. En las ideas de Petrović no encontramos resolución alguna del problema de si en épocas primitivas las capacidades materiales y espirituales de la humanidad, conocidas en el materialismo histórico como fuerzas productivas, podían o no modelar el mundo objetivo a su albedrío y someter a las fuerzas de la naturaleza; no se resuelve el problema de las premisas y condiciones de la historia en sí misma. En consecuencia la libertad se reduce a fórmula abstracta de la individualidad que se esfuerza por eliminar los impedimentos que obstaculizan su pleno desarrollo. Desde el punto de vista lógico esto implica hacer abstracción del mundo objetivo, la voluntad es liberada de las cadenas de la realidad al declarar que la materia ha desaparecido. En consecuencia, la revolución según Petrović no es la actividad de personas reales realizada en y con objetos materiales pues los conceptos de materia y necesidad son vistos como ataduras metafísicas al hecho humano libre, por eso esta comprensión aspira a un régimen en el que impere el dejar hacer, dejar pasar en razón de que su sujeto es el ser libre de la creación libre, un ser de la sociedad burguesa o lo que en término modernos se conoce como emprendedor, el sujeto que se ha hecho a sí mismo por sus propios medios.
 
En la comprensión materialista de la historia la actividad humana es concebida como actividad real, de seres humanos de carne y hueso, que para reproducir sus medios de vida deben adaptar sus acciones a las propiedades del objeto, ajustar sus acciones a las leyes objetivas y por lo tanto no puede ser ni arbitraria ni caprichosa. A esto Gajo Petrović opone un sutil anti-materialismo que afirma aceptar la llamada prioridad ontológica de la materia de un modo crítico a diferencia del materialismo histórico al que califica de metafísica materialista acrítica, dialéctica de la naturaleza ahistórica y teoría mecanicista de la reflexión. Según Petrović la materia debe ser concebida “históricamente”, o sea, vista como un producto de la praxis. El mundo material es consecuencia de la praxis, la praxis es equivalente a la generación de la realidad, el mundo objetivo es la arcilla en la cual la praxis plasma la actividad libre y creadora del ser humano.
 
Se dice que la praxis, en razón de la prioridad ontológica de la materia, está obligada, a fin de plasmar sus fines, a tener como base el conocimiento de la realidad que se quiere transformar. Pero si la materia tiene prioridad ontológica esto quiere decir que existe antes e independientemente de la humanidad y de la consciencia, y si además se admite que la praxis está obligada a tener como base el conocimiento de esta realidad esto nos conduce a que la actividad creadora libre, la praxis, no es el hecho humano libre que no se atiene al conocimiento de la necesidad, sino una actividad real la cual para conseguir sus fines debe ajustarse a las leyes objetivas, a la necesidad, la objetividad. Esto último no sería otra cosa que admitir las tesis básicas del materialismo histórico, algo inaceptable si se parte de las ideas básicas de Gajo Petrović, quien para salir de este callejón sin salida termina en la noción de que la única objetividad es la que existe en y por la práctica.
 
Establecer que los seres humanos sólo están en contacto, mediante su actividad, con un mundo creado por su propia praxis, un mundo tal como las personas lo crearon y lo conocen, supone que la actividad y el conocimiento humano han agotado la realidad objetiva quedando sin explicar cómo a cada momento la humanidad se encuentra con objetos y fenómenos nuevos no previamente humanizados y cuyas propiedades y características no nos son conocidas sino sólo parcialmente, objetos y fenómenos que se comprueban existían y afectaban la vida humana previo a ser asimilados por la consciencia y la práctica social. Pero existe una cuestión más problemática con esta premisa de que la actividad y el conocimiento humano han agotado la realidad objetiva y es que supone un mundo estático cuyo movimiento le es dado “desde afuera”, una materia carente de movimiento que debe ser impulsada, activada, vivificada por la acción de la praxis. El materialismo histórico resuelve estas contradicciones al saber postular como base de su lógica y teoría del conocimiento el reconocimiento de que la realidad objetiva tiene una dialéctica propia, un movimiento y desarrollo propios sobre el que los humanos pueden actuar mediante el conocimiento de las leyes de este desarrollo para ajustar su actividad orientada a fines, actividad que no implica ni la pausa ni el fin del movimiento de la materia. Llegado a un punto del desarrollo histórico el ser humano es una fuerza de la naturaleza pero no es la única.



Notas

[1] El ensayo de Gajo, sobre el que se han realizado las reflexiones, fue publicado en “Praxis y Filosofía: Ensayos en homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez” (1985). 



Escrito por Vik.CARR. para El comunismo pospuesto.

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